Ya no se siente el calor intenso de verano, se ha ido y con él se fueron las vacaciones, las caminatas al amanecer, las noches de acampar y sobre todo la visita a la playa de los Ensueños por las tardes para ver esos atardeceres que cada día eran diferentes, esos atardeceres que nunca olvidaré junto al mar ya que fue ahí donde sucedió algo que solo pasa en los sueños, bueno por algo se llama así la playa: Ensueños. Cuando empezaron las vacaciones decidí salir del bullicio de la ciudad para refugiarme en el apacible pueblo de Milagros del cual muy cerca a él existe una playa que es sacada del mejor de los cuentos.
Lo que más extrañaré de estas vacaciones son las tardes en la playa, aquellas tarde en las que compartía con un ser muy especial una lectura de un libro o un verso, un ser que apareció cuando más necesitaba de alguien a mi lado, un ser que cada vez que le llamaba salía de donde estaba y nos poníamos hablar por horas, minutos o por unos segundos, un ser que supo levantarme cuando estaba por los suelos, un ser que supo llevar la calma a mi alma y supo reconstruir un corazón destrozado por el tiempo y la desilusión, un ser que se convirtió en un ángel, y que siempre tendrá un lugar muy especial en mi corazón aunque sé que ya no la volveré a ver, ya que en eso consiste su magia, en llevar la paz a esa persona que más lo necesita y una vez hecho alejarse.
Donde estarás ahora Ángel de mis sueños, donde te habrá llevado el mar Sirena de ojos bellos, esos ojos que me fueron hechizando poco a poco, esos ojos que aún veo en mis sueños; quien será el dichoso de contar con tus palabras de aliento ahora, a quien le estarás cambiado ahora mismo la tierra por mar.
Quien será aquel pobre iluso que cometa el peor error de todos, caer en el hechizo de tus ojos y enamorarse de ti, será por eso que te marchaste porque te confesé que Te Quería aún sabiendo que ya nada sería lo mismo desde ese momento, será por eso que ya no te encontré aquella tarde que fui a la playa a despedirme de ti, aquella tarde en la que grite hasta quedarme sin voz suplicando verte, aquella tarde que llore por horas al no poder ver tus ojos, aquella tarde que maldije las circunstancias de la vida, aquella tarde que sólo encontré en la arena un mensaje que decía: “Suerte, tu puedes” y así como lo dejaste una ola lo borró y así como el mar lo borró le pedí al mar que borrara tu recuerdo y este sentimiento, le reclame que fuera él el testigo de lo que nació y fuera él quien te alejara de mí.
Te fuiste Sirena de ojos lindos, Ángel de mis sueño, te fuiste para nunca más volver, ahora sólo queda en mi memoria todos esos mensajes que me decías a la orilla del mar, esas palabras que espero un día volverlas a escuchar y esa canción en la que pides que cante un corazón. Hay Angelito lindo quien será el afortunado que, al igual que yo, te encuentre en la playa de Ensueños.